ESTUDIO SUCIOLÓGICO DE MI HABITACIÓN

¡Hola a todos!
¿Por qué un estudio suciológico?.
Sencillo. No es que esté orgulloso de la cantidad de mierda que hay en mi habitación, pero hay que reconocer por lo que veo en casa propia, y en el 95% de las ajenas, que las casas de los erasmus tienen un denominador común: suciedad.
La suciedad nos acompaña a todos durante esta grata experiencia. Pero tengo que decir que es una buena compañera: nunca nos abandona. Es lo último que veo (y esquivo) todas las noches antes de acostarme .Y por las mañanas, recién levantado, me alegra ver que sigue estando ahí, fiel , inmutable, arraigada
Mi habitación en concreto es bastante curiosa. Antes de venir a Finlandia me compré diez pares de calcetines gordos de algodón negro. Y no sé que es lo que pasa con estos calcetines que por más que los lavo, no paran de hacer bolitas negras. Cuando se lo comento a la gente me suelen decir “bueno, cuando los laves un par de veces más ya verás como dejan de hacer bolitas”.¡¡¡Mentira!!!.Mi dormitorio parece una de esas grandes piscinas de bolas para niños que hay en los parques infantiles. Es desesperante. Quitas una bolita y aparecen cuatro nuevas. Es como si se reprodujeran por esporas. Si desde el primer día que llegué aquí me hubiera puesto a juntarlas todas, ahora mismo tendría una mega bola tamaño balón de nivea .
También es curioso los diferentes mecanismos que usan las bolitas para desplazarse y dispersarse por toda la casa. O bien se te pegan directamente en el zapato, pantalón o calcetín, para después soltarse en cualquier otro punto de la casa a su antojo, o bien te persiguen volando cerca de tus piernas aprovechando el efecto embudo que se crea cuando te mueves. Mención aparte para los expedientes X:”¿cómo ha venido a parar esta bolita a mi oreja?”,”¿qué hace esta bolita entre mis apuntes?”...
Y lo más gracioso es cuando te tropiezas con bolitas sospechosas. Vas andando por la universidad y ves una bolita en el suelo, y piensas: ”¿la cara de esta bolita me suena?”.
Al menos mantengo la esperanza de que en el lavado número veinte de cada uno de los diez pares de calcetines dejen de hacer bolitas (que estimo que será allá por mi jubilación).
Ahora hablemos sobre algunos de los objetos de la foto. Empecemos por la izquierda: la “mesa de estudio”. A esta le sobran dos cosas: el “de” y “estudio”, así que a partir de ahora me referiré a ella como “mesa a secas”. Sólo hay que ver cual es su función y que elementos se pueden ver en ella: como armario para un par de guantes, una cinta para el pelo, un chándal, un yogurt, y un folio. Eso sí, libros, ni uno sólo. Otra constante en mi vida.
Justo debajo de la mesa está la cesta de la ropa sucia, fiel aliada de las bolitas de los calcetines. No es muy grande y además tiene boquetitos, por los cuales se cuelan las bolitas.
En el centro de la foto vemos mi cama. Aparentemente parece pequeña pero no lo es: es enana. Mide unos 190 cms de largo y unos 80 cms de ancho. Así que con este ancho, como comprenderéis, uno no tiene mucho espacio para hacer peripecias ni experimentos ninja. Así que la mayoría de las veces, además de dormir solo por celibato forzoso, se opta por dormir solo en pro de un mínimo de comodidad y salud lumbar. Como campo de batalla es un lugar muy hostil. Este nidito de amor está hecho para una sola persona y que además, no se mueva mucho mientras duerme. Por cierto sobre la funda nórdica y funda del colchón rosa (y con lunares rositas además), y la funda de la almohada morada, no quiero ningún comentario de índole sexual.
Justo encima de la cama hay colgado en el techo un globo circular rojo, con unas palomitas amarillas en el centro (¡¡¡sí, son palomitas!!!). Esto fue un consejo que me dio mi madre antes de salir de España. Me dijo “hijo, no olvides llevarte los globitos”. Y menos mal que le hice caso. De momento son estos los únicos globitos que estoy usando, ahora eso si, ¡quedan de monos a juego con el edredón rosa!.
A la derecha de la foto hay una papelera. ¿Qué hay dentro?. Un palo. Sólo un palo. Eso quiere decir que toda esa porquería que debería estar dentro de la papelera está esparcida por todo el piso. ¿Y por qué un palo?.¿Para qué el palo?. Creo que la persona más indicada para responder a esta intrépida pregunta es el gran maestro Nacho, compañero erasmus de Madrid.
Y por último al fondo de la foto podéis ver ropa colgada en el riel de la cortina. Esto no lo hago en homenaje a los mercadillos callejeros españoles, si no que emulo un improvisado tenderete. Cuelgo la ropa para que se seque después de ir a la lavandería. Hay rumores de que la ropa, usando la secadora, encoge. Francamente, viene al hilo de lo que pasa en este país en invierno. Aquí con el frío que hace se te encoge todo.
Por cierto, hablando de frío, esta noche tendremos 8 grados bajo 0. Aún no ha nevado, pero está todo congelado: los charcos, la hierba, las personas,… todo menos las ganas de fiesta.
Me despido de todos con un cálido agrazo desde un gélido país.
Un saludo desde la tierra del hielo.